Los gobiernos de los países involucrados argumentan que los textos de los acuerdos internacionales no son públicos sino hasta que el proceso de negociación ha terminado. Cierto. Lo que en este caso importa es que uno de los actores fundamentales no ha sido invitado a la mesa. Eso lo cambia todo.
De ACTA se sabe poco, sólo por aquellos testimonios filtrados en conferencias como la que se llevó a cabo el mes pasado en México para debatir si el Gobierno se retracta de haberle otorgado al pueblo mexicano Garantías Individuales para después pisotearlas
Quieren que empresas como Telmex tengan la infraestructura suficiente como para controlar y revisar el contenido que cada uno de nosotros baja y consulta en Internet. Quieren que ni siquiera se investigue, a la primera sospecha por descargar un contenido bastante grande se enviará una alerta al usuario. Y así hasta llegar a tres para darte de baja el servicio y que no vayas de llorón con la otra empresa, porque ya no podrás contratar un servicio.
La forma de combatir la piratería y el contrabando, me parece, tiene mucho más que ver con terminar con la corrupción que las permite que con limitar el uso de libre de Internet, herramienta indispensable para el desarrollo de México.
Existen grupos anti ACTA tales como Electronic Frontier Foundation; el Free Software Found que encabeza el creador del Copyleft Richard Stallman; grupos en Facebook y Twitters como el neozelandés @nzacta; también colectivos como Free Art and Technology y organizaciones como Reporteros sin Fronteras, que promueven el software de código abierto y la libre expresión que han sido fundamentales en Irán, e China, Cuba o Venezuela ante los embates de la censura.
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